La protección IP (Ingress Protection) es un estándar internacional que clasifica el grado de protección de los equipos eléctricos contra la entrada de objetos sólidos y líquidos. En el caso de los productos luminarios, esta clasificación es crucial para determinar su idoneidad en diferentes entornos y aplicaciones. El código IP consta de dos dígitos: el primero indica la protección contra sólidos, y el segundo, contra líquidos.
Los luminarios de uso interior generalmente requieren una protección IP menor. Por ejemplo, una clasificación IP20 es común en lámparas de techo o apliques de pared para hogares y oficinas. Este nivel protege contra objetos sólidos mayores a 12.5 mm, pero no ofrece protección contra líquidos. Es suficiente para ambientes interiores secos donde no hay riesgo de contacto con agua.
Para áreas interiores con mayor humedad, como baños o cocinas, se recomiendan luminarios con una protección mínima de IP44. Esta clasificación asegura la protección contra objetos sólidos mayores a 1 mm y contra salpicaduras de agua desde cualquier dirección. Los productos con esta clasificación son adecuados para zonas donde puede haber condensación o salpicaduras ocasionales.
En exteriores, la protección requerida es más exigente debido a la exposición a la intemperie. Los luminarios para jardines, terrazas o fachadas suelen tener una clasificación IP54 o superior. Esta clasificación ofrece protección contra el polvo y contra chorros de agua desde cualquier ángulo. Para áreas más expuestas, como cerca de piscinas o en zonas costeras, se recomienda una protección IP65 o IP66, que garantiza la estanqueidad al polvo y protección contra chorros potentes de agua.
Para aplicaciones industriales o en condiciones extremas, existen luminarios con clasificaciones aún más altas, como IP67 o IP68. Estos productos están diseñados para soportar la inmersión temporal o prolongada en agua. Son ideales para iluminación subacuática, en zonas inundables o en ambientes con alta presencia de polvo y humedad, como minas o plantas de procesamiento.
Es importante señalar que una mayor protección IP generalmente implica un costo más elevado y puede afectar el diseño y la eficiencia lumínica del producto. Por lo tanto, al seleccionar luminarios, es crucial evaluar cuidadosamente las condiciones del entorno y elegir la protección IP adecuada que garantice la durabilidad y seguridad del producto sin exceder innecesariamente los requerimientos, optimizando así la relación costo-beneficio.